Como una intrusa
Altiva la
vigilia irrumpe
Sin licencia se aposenta entre mis sábanas
Balbucea absurdos en la
oscuridad,
Convierte en lamentos
El suave compás de tus
jadeos.
Qué desvelo, tu mirada
ardiente me rehúye
Qué desvelo, tu beso
húmedo no quema
Qué desvelo, tu prodiga
caricia se ha vuelto yerta.
La noche agoniza
Se desvanecen las sombras
y mis temores
Con el alba resurges
Y calmas presurosa
Una a una todas mis aflicciones.
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