Te rastreo sin beneficio
cuando el horizonte se desdibuja
entre sus ocres matices
y te hallo al caer de las sombras
cuando ni el mar está en calma
y en el pecho el deseo recrudece,
es el tiempo cuando tu brújula
desata en tu corazón pernicioso
un ir y venir de caricias enmohecidas
y debo purgar entonces cadenas perpetuas
sin juicio, ni tribunal supremo
con mi dolor a cuestas
por un amor fugaz
de motel
de sabanas de alquiler
antes que el ardor de otra piel te arrastre
y no quieras volver.