Tu agonía Padre se
acuarteló en el patio
Justo cuando la
tarde se me iba en jugar canicas
Y me juraba que los
héroes como tú nunca partían.
Más devastador que
el dolor de muerte,
De tu muerte Padre,
Fue el silencio
fúnebre
Que envolvió la
casa y cubrió los algarrobos
Ahogó tus palabras
sabias Padre
Y me quedó sólo el
eco triste
De los graves
martillazos
Contra los muros de
indolencia
Que te obstinabas
en derribar.
Más devastador que
el dolor de muerte,
De tu muerte Padre,
Fue la honda
tristeza de las penas más hondas
Que se me metió por
los huesos todos
Y detuvo tus pasos
firmes Padre
En el suelo que añorabas libre
Y luchabas con afán.
La nada te envuelve Padre
A la tierra
regresas
Con tu savia
rebelde
Con los sables
izados
Es tu herencia
digna Padre
Que hoy te confieso
Me niego sepultar.