domingo, 16 de septiembre de 2018

INSENSIBLE



El uniforme almidonado de la enfermera 
La singular asepsia de sus manos
Y el olor a formol en las sabanas
En perfecta trilogía,
Pregonaban lo que sería un deceso más,
El de un esquelético personaje anónimo
Del que nada parecían decir la flacidez de sus pómulos
Alguna vez henchidos,  
Ni sus ahora, quebradizos huesos
Pero amontonaba penas, 
Silencios, besos y perdones,
Y en la inerte mirada, 
Habitaron sólo ayer sueños y pasiones
Y en la rigidez de anciana muerta
Incomprendidas batallas se escondían;
Sin embargo esta vez quien a su lado velaba
No las desconocía,
El cadáver era el de la madre 
Y la mujer de blanco inmaculado, 
La hija adolorida.