Partió
Simón
Cuando
el sol despuntó.
Se
colgó un escapulario entre sus ropas,
Dos
naranjas para la sed
Y
el corazón a flor de piel.
Se
fue al trote
Bordeando
riscos,
Apuró
el paso
Y
una guabina tarareó.
Olía
a verde
A
guayabas picoteadas
A barro
fresco,
Respiraba
a pleno pulmón
Bocanadas
de aire limpio,
Suspiros
de la montaña que lo acogió.
El
firmamento presagió tormenta
Y
Simón alzó agradecido el rostro dócil,
Sus
huesos empapados
No
detuvieron la marcha,
Siguió
entonando bajito
Las
picarescas de su región.
Oteó
el cerro,
La
ilusión de la escuela
Pronto
se enturbió,
No
olisqueó el peligro en ciernes
Faltaba
poco
Cuando
la bala le dio.
Entre
fuego cruzado cayó Simón,
Ni
el escapulario lo protegió
Del
proyectil en el corazón.