No son citas célebres en latín
sin traducir,
es la obcecada palabra
del amante,
frases libidinosas
a fuego lento pronunciadas
al oído de la niña
que como fieras espinas
le tallan la entraña
hasta desfigurar su sonrisa.
En la soledad
dueña del infantil silencio
y de su desnudez
escupe al tirano
todas sus bajezas,
su boca que ha sido ajena
su cuerpo y su aliento
que han sido mancillados
de agravios se resarce
lubricando sus propias fantasías.