sábado, 11 de enero de 2025

CRUZADA

 

 

La batalla se fraguó de manera inesperada,

 Y fue épica, aunque no fue una contienda mitológica.

Ésta fue una batalla interior, 

De las que se libran con el corazón en sangre viva

Fue su propia cruzada, 

Intensa y a muerte consigo misma.

 

Al final de la batalla

Había descartado la póstuma soledad liberadora,

Y entre la penumbra ignota

Y la claridad del alba, escogió la oscuridad

Eligió el grito ardiente,

La mirada pagana,

 La boca perniciosa

Los huesos perros

Y los placeres peregrinos.

 

Ante el abrazo cansino

Y el cariño hecho costumbre,

Se inclinó por el suplicio de la pasión insensata;

Aún con la certeza que ardería palmo a palmo por siempre,

Eligió el fuego de una noche efímera, a morir en vida.



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