Sucumbe
la noche desgarrada por los miedos y llora el alba,
Se
agitan las palabras y mueren en susurros bajo las sombras pavorosas,
Trinan
los turpiales y su canto enmudece entre notas destempladas,
La risa
fácil de niños se ahoga pronto amordazada en sus caritas inocentes,
Lechos
tibios de amor ahora yertos abandonados por viudas tempranas,
Frutos
a punto hoy se marchitan entre los lacónicos lamentos de un
perro hambriento,
Fogón hecho
cenizas, indelebles rastros de condenas inmerecidas.
Columnas de
desplazados, desterrados de su propia tierra,
Desesperanza hecha
hombre, desolación hecha mujer,
Voces truncadas, clamores desoídos,
Moradas solitarias,
nidos vacíos,
Sollozos amargos,
silencios perpetuos,
Sembradíos
olvidados, sueños convertidos en quimeras,
Caminos sin
retorno, existencias miserables.
Seres infames
hieren la sierra, hieren el llano.
Sangra bajo el
ocaso la tierra mancillada.
poesía desgarradora que penetra en las almas,en la que se deja ver el dejo de la realidad palpable en nuestras vidas
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