domingo, 4 de mayo de 2025

OTRO INFIERNO

 

Apenas se fundían en estrechos abrazos

había quien derramaba su ira contenida en lechos ajenos,

había quien perseguía su senda al amanecer

 y caída la tarde agobiado por la pena

otros caminos lo apremiaban,

había quien aún con el recuerdo fresco de sus besos

deambulaba tras unos labios anónimos

intentando borrar ese aliento de traición

que otra mujer le dejara.

 

No bien a diario, un beso a veces o una mirada

les desataba ese deseo desmedido

que no era propio del amor puro

sino nacido más bien de una soledad impuesta

y de las recónditas encrucijadas de un desengaño,

los dos sobrevivían como en el segundo infierno de Dante

condenados por la razón de la comedia humana

pero decididos a soportar la tragedia de la insensatez de la pasión.


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