domingo, 3 de noviembre de 2024

HAY VECES

 

Hay veces que me siento eufórica, valiente, digna

Es cuando me asalta la solidaridad por un extraño,

Impulsada por cambiar el mundo,

Por apostarle al hermano necesitado,

Por alcanzar una patria soberana.

 

Hay veces que estoy hastiada,

Es cuando no me entiendo ni yo misma,

Ni entiendo la mezquindad del mundo,

Tampoco entiendo el silencio cómplice,

El ansia de poder

Y el suplicio de las ballenas encalladas.

 

Y hay otras veces que me invade la locura

Y es cuando más feliz soy

Porque es cuando vivo enamorada de absurdos,

Entonces huyo de la censura de todos

Y me dejo atrapar en la pasión de tus ojos

En tus manos libidinosas,

En tus labios sedientos,

En tu voz apagada

Que grita mi nombre entre cuatro paredes.

CLÍMAX

 

Corro contra el tiempo intentando extinguir tu recuerdo.

Los vientos de otra primavera se anuncian,

golpean mi rostro,

Un carretel se enreda en una nube gris

Desata una lluvia torrencial que se mete por mi ventana

Empapa mi lecho y se confunde con mi llanto quedo.

Tomo la conserva de frutas y nueces y juego con ellas mientras me decido a consumirlas

Le suministro la dosis de Pregabalina a la abuela que llora a los hijos ausentes

Reviso los informes que presentaré rigurosa en la sesión siguiente

Y por más que intento, no logro sepultarte en mi memoria.

 

 Me pierdo por los senderos del viejo vecindario extraviando el paso de los pocos caminantes,

Enjuago con jabón perfumado mis prendas íntimas

Pago unas monedas de más al portero por mis secretos

Respondo con prisa los mensajes de auxilio de mis compañeros

Saludo a mi fiel Apolo que espera dócil una caricia en su lomo

En la avenida mientras la luz roja se enciende,

Cruzan los transeúntes ajenos a mis dolores vespertinos.

Ajenos a la lucha que libra mi corazón contra un destino de desamores.

 

Acudo a técnicas de lectura rápida

Y me sumerjo en una literatura que requiere esfuerzo

A pesar de estar plagada de ficciones,

Cepillo mi cabellera frente al espejo sin reparar en que las raíces delatan abriles mustios,

Y cuando me juro en mis adentros que ya no te echaré de menos,

Que el fuego de mi pasión se extinguió,

Tu voz vociferante de deseo retumba y me persigue,

Ronda en los amaneceres

Y amenaza con volverse mi clímax.