sábado, 20 de abril de 2024

NARCISO

 


No le temió a  la turbulencia

De aquel tropel  de emociones,

Omitió a conciencia las señales  de peligro,

A plena luz navegaba a tientas,

Sólo respondía al llamado urgente de la carne

Ávida de placeres ahora que la soledad la aplastaba,

Presagió los delirios de la pasión 

Avenidos como fuertes cimbronazos en el costado,

Se entregó confundida por un mar de prolíficas caricias

Sin negarse una sola de ellas y sin resquemor alguno,

Encubría con besos y fiereza los estragos de los años

Mientras arrastraba sus pies, su magia, sus letras, su nombre,

Por un amor anónimo, cobarde, de buffet,

Ya al borde del abismo, 

Apartó, sin casi aliento,

Las brasas ardientes bajo las plantas de sus pies

Y entre sorbos de nostalgia y cabernet

Encaró su empecinado pecho,

Lo colmó de reproches

En una interminable noche de pesares

Y al amanecer, con el corazón hecho pedazos,

Sin atender razones,

Seguía encadenada al narciso de sus desvelos.


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