A mi maestra Socorro,
la que me enseñó a escribir
entre tonadas destempladas
y varitas de café.
A la maestra Virginia,
la que me enseñó a leer
historias que mi pueblo
no precisa repetir.
A la maestra Victoria,
la que me enseñó a
extender
una mano siempre
solidaria
sin mirar a quien.
A la maestra Luisa,
la que me enseñó a amar
la vasta geografía
que es deber
salvaguardar.
A la maestra
Merceditas,
la que me enseñó a
volar
y a perseguir desde
niña sueños de libertad.
A la maestra Carmen,
la que me enseñó a
luchar
pregonando al viento
palabras nada más.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario