Las madrugadas
y las noches que se mueren despacio
Traen
en su silencio la tibieza de un beso sutil de despedida.
Las
madrugadas y las noches que se mueren despacio
Enmudecen los susurros de un abrazo ligero en el portal.
Las
madrugadas y las noches que se mueren despacio
Dibujan sin prisa las melancólicas caricias del amante.
Las
madrugadas y las noches que se mueren despacio
Envuelven
la penumbra de virginales fragancias.
Se agolpan los deseos y en
la ardiente espera
Acompañan
mis ansias los vitales versos de Neruda.
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